¡Empieza a nevar!, así que he aquí una osada clase de esquí en seco y en sólo tres sencillos pasos: postura,
giros y trazada. Y como para esquiar son fundamentales las sensaciones, además
se puede practicar en cinco minutos en casa.
En la anterior entrada titulada “INGENIERÍA EN EL ESQUÍ” (http://curropoza.blogspot.com.es/2013/02/ingenieria-en-el-esqui.html) se intentaba explicar cómo
funcionan los esquís que se fabrican en la actualidad, y en definitiva, resulta
que giran solos con tan sólo transmitirles el peso del cuerpo según está
previsto.
1. Postura:
La postura del cuerpo sobre los esquís ya no es incómoda: ni
contra-rotación, ni retorcer el cuerpo al valle, ni clavar el rejón por un lado…, ahora hay que mirar siempre para donde se
va, separar los pies algo más de un palmo, descansar el peso en ambos, flexionar las
piernas hasta que se apoyan sobre las cañas de las botas, no encorvarse y dejar
los puños delante más o menos separados, todo ello según pida el equilibrio.
Dos temas importantes al respecto son:
-
Que el tronco y la zona del fémur formen un elástico amortiguador para que
cada pierna, de forma independiente, se adapte a las irregularidades del
terreno y así se consiga mantener los esquís siempre pegados al suelo.
-
No dejar el talón en el aire y así repartir el peso en toda la planta del
pie, si bien la puntera ejercerá más presión sobre los esquís al apoyar el
cuerpo hacia adelante.
1. Giros:
En teoría, una vez se claven los cantos de los esquís, estos empiezan a
girar solos. Por ello, debería bastar con inclinamos hacia donde se quiere
girar, pero si lo hacemos sin más, dejamos todo el peso sobre el esquí interior
y, o empezamos a derrapar en lugar de cortar la nieve con los cantos, o nos
vamos al suelo.
Para hacer funcionar los esquís, hay que inclinarse a la vez que se
adelanta el hombro y el puño del exterior, como se comentó antes, se
mira hacia donde se quiere ir y no al valle, es como girar en una moto. Ahora,
podemos notar como ambos pies mantienen la presión sobre el suelo, y
especialmente el pulgar del pie exterior y el meñique del interior. Con esto,
los dos esquís se curvarán y ambos crearán una trazada limpia. Se pueden
probar ambas sensaciones fácilmente en
seco.
Para luego girar hacia el lado contrario, se repite la operación de forma
simétrica manteniendo siempre los esquís pegados al suelo, no se clava el palo
ni se liberan las colas del peso para recortar el giro cual vaquilla resabiada.
Los esquís siempre han de avanzar sin derrapar y es importante que ambos se
apoyen para no irse al suelo si uno de ellos falla puntualmente.
1. Trazada:
Cuando no se consiguen clavar los cantos de los esquís, se baja en diagonal, derrapando y
dejando una ancha huella en la nieve, sin un control preciso de la trazada y
cansándonos mucho más. Luego, se espera a girar casi al borde del ancho de
pista que se está utilizando y es necesario recortar el giro derrapando las
colas.
Sin embargo, clavando los cantos, se dibujan dos huellas a modo de raíles,
se coge más velocidad pero con mucho más control. Para ello, no se puede esperar a
llegar al borde de la pista para hacer el siguiente giro, hay que anticipar el cambio
del peso y realizarlo aproximadamente en el centro de la trazada, así se
continúa yendo recto en el punto que los esquís quedan planos y se puede
comenzar a cerrar el radio de giro con tranquilidad.
Para regular la velocidad, no se debe derrapar, se puede abrir o cerrar la
trazada, incluso llegando a ir pequeños tramos cuesta arriba, lo importante es
mantener los esquís bien apoyados sobre la nieve y siempre conducidos,
avanzando en su eje.
Por último, dos caprichosos comentarios:
-
El esquí en paralelo (bien hecho), el simultáneo (antecesor del carving
antes de que los esquís girasen solos) combinado con los alternativos (al
valle, al monte, divergentes, paralelos, convergentes… menuda paliza física aquello) o el carving, son técnicas que se han ido desarrollando para cada vez
ir más rápido y más controlado. El feo bédel,
con los pies bien juntos para que no se puedan usar los cantos, continuamente
derrapando para ir frenando, que sólo funciona sobre buena nieve… es una mala
moda que curiosamente se sigue viendo sólo por España.
-
Se ve mucho “chus” en forma de
gallina, con los codos apoyados sobre las piernas bloqueando la amortiguación del
cuerpo, perdiendo la independencia de las piernas y lo peor: con las puntas de
los palos exhibiéndose peligrosamente a la altura de los ojos de los que te
van a adelantar sin necesidad de agacharse. La buena posición de velocidad es igual
que la comentada en el primer punto, pero exageradamente flexionada, pasando
los brazos por delante de las rodillas para que las piernas sigan libres:
¡A disfrutar de la temporada!
Don Curro.