22 de mayo de 2013

MONUMENTOS DE LA ANTIGUA U.R.S.S.



En la Casa del Lector se exponen algunas de las fotografías que Ryszard Kapuscinski realizó en los viajes que hizo por la antigua U.R.S.S. justo tras su desmoronamiento, mientras preparaba “El Imperio”, muy recomendable (el libro, no tanto la exposición).

Hay una fotografía que llama la atención, puede que la menos artística en sí pero que retrata directamente un genial monumento que parece sacado de la muy anterior película de Fritz Lang: la estatua del héroe nacional Yuri Gagarin que se encuentra en Moscú.




Parece que también en Moscú aún se levanta otro singular e impresionante monumento dedicado a los héroes del espacio:




Estas imágenes recuerdan a las fotografías de Jean-Pierre Pedrazzini que ilustraban otro gran libro sobre la historia soviética: “Érase Una Vez la U.R.S.S.” Escrito por un joven Dominique Lapierre, relata el primer viaje que unos occidentales hicieron libremente por las repúblicas socialistas en 1956. Contrastan los parajes rurales en los que apenas existían carretas o puentes y ninguna gasolinera con los edificios institucionales, los monumentos o las grandes pancartas petrificadas.

Muchos de los memoriales erigidos en la relativamente corta historia de la U.R.S.S. siguen en pie, especialmente los más gigantescos como la colosal Madre Patria en Volgogrado (Stalingrado), ¡de hormigón!:



El estilo de la anterior escultura es atípicamente clásico, pero en nuestra mente tenemos una imagen más expresionista del arte soviético, un estilo que responde a la determinación de eliminar lo superfluo y meramente decorativo como en estos ejemplos de conmemoraciones de la amistad con Bulgaria y Ucrania o de la escultura que remataba el pabellón ruso de la Exposición de París de 1937:



O a la necesidad de representar la pureza y sencillez de sus obreros y profetas:




Pero no todo es sobriedad, los monumentos debían relatar la epopeya y al igual que en el arte primitivo, se han de transmitir claramente las ideas y la historia. Estos tremendos ejemplos de Georgia y Mongolia tienen su función evangelizadora:



Y si hay un arte que permite expresar el respaldo divino a la par que es idóneo para la representación de escenas es el gótico (y el románico), pero la variedad de monumentos en los que se percibe un templo o una escena religiosa es muy amplia, lo que Steiner llama la nostalgia del absoluto:




Y por último, resulta interesante cómo la labor evangelizadora que Lenin planeó, dejó un innumerable número de memoriales y monumentos diseminados por el Mundo: en la antigua Yugoslavia, en Corea del Norte, en Senegal…



Pero sin duda, el monumento más conocido ideado por los soviéticos fue el dedicado a la Tercera Internacional, aquel que curiosamente no se pudo construir y que albergaría las cámaras del pueblo:




Don Curro.

Nota: desgraciadamente no he visitado estos monumentos, por lo que creo que es el primer artículo del blog en el que el material gráfico no es de mi creación, así que supongo que hay que enumerar algunas de las fuentes, todas ellas de Internet:

12 de mayo de 2013

EL GÉNESIS - MATUSALÉN Y OTROS ILUSTRES ANCIANOS



El Génesis es un gran libro, muy interesante y lleno de curiosidades:

Siempre se dice que Matusalén fue la persona más longeva que jamás haya vivido: ¡969 años! Realmente, en la Biblia (*) no se especifica que ostente este título, tan sólo, es el que muere más viejo de los que componen la genealogía que va desde Adán a Abrám pasando por Noé (los tres personajes que realizaron pactos con el Dios hebreo), pero nada tienen que envidiar los 930 años que alcanza Adán o los 950 del propio Noé; de los 20 primeros patriarcas judíos, tan solo Arfaxad muere con una edad razonable: 38 años.

Si tenemos en cuenta, que los antiguos hebreos podían medir el tiempo en años (o ciclos) lunares, las edades que alcanzan estos 20 personajes ya resultan más lógicas:


Uno puede pensar que llegar a los 78  o que una edad media de 45 años resultan todavía hechos prodigiosos para unas personas que vivieron hace más de cien siglos, aunque puede llegar a ser factible para una casta reinante. Lo que entonces deja de tener sentido es la edad a la que, en este supuesto, hubiesen concebido a su heredero, parece improbable que Adán hubiese tenido a su tercer varón a los 11 años; el único que se lo piensa un poco es Noé.

Y este curioso hecho: que sean muy longevos a la par que tenían sus hijos a una temprana edad, independientemente de en qué se midan sus años, da lugar a que podían llegar a convivir con varias generaciones por debajo:



Por ejemplo, Adán llega a conocer a Lamec, el padre de Noé, su ta-ta-ta-tataranieto, el récord lo ostenta Noé, que llega a conocer a Abrám, su ta-ta-ta-ta-ta-tataranieto (e igual incluso hasta a Ismael); y todo indica que el pobre Matusalén pereció en el Diluvio (tema del siguiente capítulo sobre el Génesis).

Resumiendo: ¿se dieron 20 generaciones en 2.205 años o tan sólo en 178 años?

Don Curro.

(*)        Sagrada Biblia
            Editorial Alfredo Ortells, S.L.
            Con licencia de 1995 de la Conferencia Episcopal Española.