26 de julio de 2012

DAVID HOCKNEY POR ESPAÑA


David Hockney expone su obra más reciente en el Guggenheim de Bilbao, el de Ghery. Creo que viene de la Tate Modern, una pena no haberla podido ver allí, pero después de muchos años sin visitar el Guggenheim es una alegría ver que esta arquitectura de consumo se conserva bien y conserva su atractivo. Además, ha sido un placer volver a dar un paseo por la exposición permanente, por irresistible gravedad, de Serra, aunque aquí sea inevitable eso de pensar que “yo me esperaba los suelos también ondulados después de ver el envoltorio del edificio” y más con estas esculturas.

Algunas impresiones rápidas sobre la obra de Hockney:

1.       ¡Prolífico! Parece adicto a la pintura, ¡cómo a sus, entorno de, setenta años puede tener esta producción tan grande! Ama pintar.

2.       Muy curiosos los cuadros realizados con ipad e impresos en gran formato  compartiendo sala con los óleos (gran controversia ésta). De cerca los ipad pecan de falta de textura pero de lejos la intensidad de su color deja tristes a los óleos. Un primer trabajo serio muy expresivo para haber salido de una máquina.

3.       Recuerda a los impresionistas o a su anterior maestro Van Gogh, y queda demostrado en la sala en la que hay unos pocos carboncillos de los paisajes, resultan en apariencia muy realistas, pero se difieren de los óleos en muy poco, en el color, y es cuando uno mejor se puede ver que los cuadros de Hockney son en esencia muy clásicos menos en eso: en la aplicación del color (y en lo que sigue).

4.       La obsesión sobre cómo se ven las cosas, la perspectiva matemática “redescubierta” en el Renacimiento es pura matemática y no concuerda con cómo realmente ven los paisajes la combinación de los dos ojos humanos o una cámara de fotos con su lente curva. Si sólo pinta un cuadro, éste aparece con sus fugas deformadas, pero si compone una de sus superposiciones de cuadros para formar un paisaje, todo él se aplana, sus líneas convergen o son paralelas, es un collage de vistas con el objetivo muy cerrado.

Y sobre esto último, un genial libro del propio artista:

Libro:        SECRET KNOWLWDGE
                 (Rediscovering the lost techniques of the Old Masters) (2001)
Autor:       David Hockney (1937)
Edición:    Thames & Hudson
Un divertido libro en el que Hockney expone sus investigaciones sobre la utilización desde hace siglos de cámaras por parte de los maestros de la pintura. Gracias a la aparición de utensilios o de las propias cámaras oscuras en sus cuadros, al análisis de las deformaciones de los objetos fuera del foco, a cómo curiosas manchas son figuras reconocibles si se reconstruyen en el espacio… Pero el provocador Hockney no se puede quedar ahí como si de un historiador del arte se tratase y decide construir sus propias cámaras, lentes o proyectores para experimentar con su mano los resultados de la utilización de estas técnicas: escorzos imposibles, contrastes de luz exagerados, puntos de vista muy próximos resultando unos estilos muy similares a Ingres o a los maestros flamencos… y lo que subyace debajo de todo esto: lo mucho que se puede expresar con la pintura tras la invención de la fotografía, siguen siendo maestros. Es genial el mural que construye con fotos de cuadros clásicos sobre la historia del realismo en la pintura.

Pero volviendo a los suelos del Guggenheim: ¡qué pena que sean horizontales y las escaleras ortogonales!

Don Curro.

1 comentario:

  1. Y de lo más bonito: un pequeño cuaderno de apuntes que se abre como un acordeón en el que Hockney ha realizado sencillos bocetos de plantas con distintas tintas. Se podían producir facsímiles con esos dibujos de fondo para una colección de cuadernos de notas.

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