9:36 del viernes 14 de junio de 2013: gasolinera de la carretera de
Canillas en Madrid.
Una persona, muy muy parecida al sabio del barrio de la gasolinera, se
acerca a los cajeros y grita: “¡La
barata! ¡La barata!” La dependiente se extraña pero espera. “El gasóleo barato”, añade enseñando un
billete. Tras terminar la gestión, el sabio
le grita al compañero de la dependiente de origen africano: “¡Otana! ¡Otana!”. Este no parece
entender, pone cara de interrogación, pero la dependiente aclara al compañero: “Te debe de estar diciendo adiós”.
Don Curro.
Pequeñas historias reales.
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