Hay un coche con el maletero abierto, en su interior un gran cuadro de
nudos marineros, de esos que siempre sospechas que en realidad están falsamente
montados con retales encolados, se apoya contra los respaldos de los asientos
para ser fácilmente visible desde fuera.
Debajo del coche, su aparente propietario se afana en el tubo de escape con
unos alambres metálicos en mano. Lo mejor de esta breve historia es que puede
ser cierto lo que parece ser.
Don Curro.
Pequeñas historias reales.
Estimado Curro,
ResponderEliminarFelicidades por tus posts que resultan amenos a la par que ilustrativos.
En cuanto al cuadro de nudos que comentas en el post, no se cómo estará hecho, pero sugiero a cualquier persona que se plantee comprar uno pero no lo quiera de nudos falsos, que acuda a un profesional.
Como fabricante desde hace 30 años de cuadros de nudos marineros te puedo asegurar que nuestros nudos son totalmente reales y no están hechos de retales pegados.
Te invito a que visites nuestra web www.artemar.es/tienda/index.php/cPath/59_21 para que veas los cuadros que hacemos y también estás invitado a visitar nuestra tienda física en Cartagena (Murcia).
Un cordial saludo.
Juan Antonio.
Estimado Juan Antonio.
ResponderEliminarMuchas gracias por sus comentarios.
Habiendo dedicado tantos años a los cuadros de nudos marineros espero que le haya agradado el empleo práctico que el sujeto protagonista de la historia realiza del cuadro. Uno se puede imaginar a su mujer: "¡A dónde irás con eso!", y la respuesta: "A atar el tubo de escape de mi navío." Yo de nudos no paso del "ocho" y del "as de guía" con su laguito, su arbolito y su serpiente.
Agradezco su invitación y es una pena que habiendo tenido dos trabajos precisamente en Cartagena ya los hayamos concluido por lo que las probabilidades de asomarme por Murcia son actualmente muy escasas; pero si se da el caso, no me dará pereza alguna.
Un saludo.