Tener la suerte de trabajar en
rehabilitaciones de edificios antiguos te da la oportunidad de acceder a las cubiertas
de los mismos en donde se suele disfrutar de un atractivo paisaje:
En los cascos antiguos, de calles
estrechas, no se ven las calzadas, se pierde la referencia con el suelo. Pero
andando por estos faldones muy inclinados, con un arnés prestado que te está
pequeño, deslizándose o rompiéndose las tejas bajo tus pies, lo mejor es no
visualizar dónde realmente se encuentra uno:
Sólo porque hay que subir a supervisar
el trabajo que se está haciendo, que el paisaje igual no lo merece tanto.
Don Curro.
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