Por sorpresa me encontré con esta fotografía en el teléfono... ¿Qué es? ¿Yo he estado aquí? ¿En qué edificio fue? Qué quería fotografiar, grietas, humedades...
No es más que la escalera que baja al aseo de un local del centro de Madrid, en el que por cierto uno puede tomarse unas copas excelentemente servidas. Pero la fotografía no se reconoce al verse tumbada, nadie de los que también tuvieron necesidad de bajar supo qué era, así que parece un espacio enigmático:
Cuando Marcel Duchap se limita a exponer un urinario de pared tumbado (Fuente, 1917), sacado de contexto y sin decir nada más; cuando Pablo Picasso se limita a exponer sus "Señoritas de Avignon" (1907) en 1916; demostraban al mundo la importancia del subconsciente en el Arte. "El Arte ha muerto", al menos en el aspecto obsesivo iniciado en la Grecia clásica de imitación a la naturaleza. Y así, en Occidente, se inaugura una nueva época en la que el artista se libera del camino iniciado con los intentos de imitación de esa naturaleza idílica definida por Platón y que había derivado hacia un arte más realista que quizá había ya culminado con Rembrandt.
Si cogemos a los más destacados hiperrealistas, López, Naranjo, etc., y les ponemos a pintar por ejemplo uno de los temas más característicos del estilo, un cuarto de baño sucio, desde el mismo punto de vista, con la misma luz, los cuadros resultantes serían sorprendentemente dispares y nos daríamos cuenta de cuán poco se parecen a la realidad; de hecho, pasaría lo mismo con unos fotógrafos.
Esto quiere decir que el arte reside más allá del empeño helénico, y siempre estuvo ahí, como una mancha informe de Velázquez vista a escasos centímetros se convierte en el más rico tejido hilado a un metro de distancia, pero tuvimos que esperar a Cezanne, Gauguin y van Gogh, y luego a Picasso, Matisse y Duchamp, para sin que estos escribiesen una sola línea que explicase su obra, quedase demostrado este hecho.
Cuando Duchamp expone el urito resulta ser un escándalo: ¡Cómo osa comparar un urinario con la Sagrada Familia y con los órganos sexuales del hombre en una misma imagen! ¡Eso no puede ser arte! Pero Duchamp no había hablado de nada de eso.
En definitiva, el arte es más expresión que imitación.
Don Curro.
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