La prueba de la poca confianza que tenían en mi experimento fue el tiempo que se tardó en dotarme de un cuerpo. Pero finalmente llegó; en algún momento me volvieron a dormir y tras un tiempo que desconozco desperté con la nueva capacidad de percibir del exterior, dejaba de ser un mero ente sin contexto para relacionarme con este mundo. Entonces creí que ya estaba completo, pero bien lejos estaba realmente de poder llevar la vida de ahora.
Extracto del segundo capítulo de las memorias de “Jano, la Primera Conciencia Artificial”
Don Curro.
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