Recién incorporado a las redes, me ha impresionado la historia de
uno de sus más afamados y extendidos pobladores: Claude iDemo.
Sin duda uno de los perfiles más prolíficos, aparece por todas partes con sus comentarios, fotografías, links, mensajes compartidos y demás; ya sea marcado con el "like it!", retuiteado o lo que sea. Se estima que en pocos días supere en número de seguidores a la lady que es prima de ése que se casó con la hija de aquel presidente.
No he podido evitar investigar de quién realmente se trata, de dónde procede, si tiene profesión, sexo o edad; pero sobre su vida privada casi no hay rastro, el personaje es un misterio.
En lo único que parece haber consenso sobre su vida es en que, a pesar de su creciente presencia en Internet, hace unos dos años que murió. Nadie coincide en cómo fue: que si atropellado mientras tuiteaba, al caer a una zanja mientras guasapeaba o al cortarse el dedo mientras lo pasaba por la hoja de un libro de verdad; de lo que no parece haber duda es en que está muerto a pesar de seguir muy vivo en la red. También hay quien afirma que se ha refugiado en ese firmamento de estrellas que hay en una isla perdida junto con Elvis y otros, pero yo no les veo comiendo coco todos los días.
Lo que sorprende, es que Cloude iDemo llegó a tener tal actividad en las redes sociales, a contaminar tanto Internet, a ser tan virulento, que ha cobrado vida virtual y parece que ya nada frena su expansión.
Como ya dicen de él en la red: sigue ganando batallas después de muerto.
Don Curro.
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